Pensamiento positivo

Publicado en 9 Septiembre 2013

Por primera vez en muchos días se levantó con una sonrisa en la cara. Sus ojos miraban hacia un nuevo horizonte y el día parecía que pintaba de otro color. Mientras la luz se filtraba por la ventana, pensaba en todo lo bueno que había en su vida. En las cosas valiosas que tenía, en que poco a poco se iba queriendo más a ella misma, se sentía capaz de transformar aquello que no le gustaba y sobre todo, pensaba en él. Sabía que era lo más importante de todo su mundo y de su vida entera. No estaba dispuesta a permitir que la incertidumbre dominara su vida, haciéndole perder aquello por lo que tanto soñó.

Todo ese día era un poco mejor y más bonito que el día anterior. Tenía la seguridad de que ese día no podía salir nada mal. Quería creer en ello, necesitaba creerlo y se obligaba a hacerlo. Sin más, empezó a pensar en que sólo ella era la creadora de su propio destino. Había dejado demasiadas cosas en el aire, sin preocuparse demasiado y sin pensar que esas cosas, eran las que realmente podrían cambiarlo todo. No quería seguir pensando mal, pensando en negativo, dejando que el miedo la inundara. No podía, ni lo iba a permitir bajo ninguna circunstancia.

Cerró los ojos por un instante y allí estaba ella. Una mujer fuerte, luchadora, con todas las armas necesarias para salir adelante y no permitir que nada fuese mal. Lo que estaba viendo, era una visión de ella misma, en otra realidad, la cual estaba esperando a manifestarse. Su mente y ella por completo, se había hecho más fuerte y más capaz de solucionar aquello que no le gustaba. Cuando volvió a abrir los ojos, se miró en el espejo y le gustó lo que vio. Hacía semanas que se miraba y se sentía decepcionada con ella misma, no se sentía orgullosa de la persona que había frente a ella.

Pero esta vez y por primera vez, era distinto. De la noche a la mañana, todo en ella dio un vuelco, un giro que iba a provocar cambios, que aunque pequeños, iban a marcar un poco o bastante la diferencia. Y se sintió orgullosa. Empezó a confiar en sus posibilidades y no sólo eso, sino que empezó a creer firmemente, en que si en el pasado no era capaz de hacer ciertas cosas, esta vez pensaba lo contrario.

Hay momentos o épocas en la vida, en las que una persona tropieza una y otra vez en la misma piedra y aunque sea consciente de ello, el miedo la domina y no le permite avanzar, sino que bloquea su mente, no le deja ver más allá, creando un muro insalvable, que cada vez se hacía más y más alto. Esta vez no estaba dispuesta a seguir permitiendo que sus errores se siguiesen repitiendo. Ya había cometido bastantes y era suficiente.

“Confía en ti y conseguirás todo lo que te propongas”.

Esa frase resonaba una y otra vez en su cabeza. Por primera vez en mucho tiempo, no había ningún pensamiento negativo en su mente y para ella eso significaba mucho. Mucho más de lo que podría significar para otra persona. Parecía que por fin, la parte negativa de su cerebro estaba desapareciendo y la positividad lo ocupaba todo por completo. Pero sobre todo, pensaba en él. Si hacía y quería hacer todo eso, aparte de por ella misma, era por no perder jamás a su único apoyo, el único que había confiado en ella y por el único que merecía realmente la pena hacerlo.

Todo valía la pena si era por seguir contando años y experiencias bonitas a su lado. Lo demás, ya se había convertido en algo secundario.